El arzobispo, recientemente elegido presidente del episcopado estadounidense, participó en la reunión de dos días de la Secretaría General del Sínodo con los presidentes y coordinadores de las asambleas continentales. En la entrevista habla de la marcha del proceso sinodal en su país, de su potencial para combatir las divisiones en la Iglesia y de las estrategias para incluir las voces de los más marginados