En el aniversario de ese acontecimiento, los Obispos ecuatorianos afirman que esta conmemoración es una oportunidad para hacer memoria de aquellos hombres que soñaron con la libertad. Pero también, a hacer un autoexamen ante los temas de urgente tratamiento, como la pobreza extrema, el desempleo, la violencia, la corrupción, el narcotráfico, el racismo y la falta de tolerancia.