El sufrimiento, los problemas personales y la lejanía de sus familias no lograron coartar los sueños de Fatoumata, Martial y Saleha. Estos tres jóvenes de origen extranjero han luchado con tenacidad para abrirse un futuro en España, donde de la mano de una red de organizaciones de la Iglesia católica los están alcanzando.