Al concluir su Asamblea Plenaria, los obispos mexicanos llaman a construir un México con paz y justicia, lamentan la violencia que sigue causando dolor y muerte, las tristes realidades de la impunidad, la corrupción, la pobreza y la constante migración. Y esperan en unas elecciones pacíficas, libres, sin clientelismo, manipulaciones y con resultados veraces.