Francisco se reunió con peregrinos de las diócesis de Cesena-Sarsina, Tivoli, Savona-Noli e Imola con ocasión del bicentenario de la muerte del Papa Chiaramonti, que estuvo prisionero casi tres años durante la época napoleónica. La memoria de este siervo de Dios, dijo el Pontífice, nos recuerda "el amor a la verdad, la unidad, el diálogo, la atención a los últimos, el perdón, la búsqueda tenaz de la paz y esa sagacidad evangélica que el Señor nos recomienda".