En el país devastado por casi un año de guerra civil, la actividad humanitaria de la Iglesia católica continúa. En Port Sudán, el colegio comboniano ha abierto un lugar de atención a enfermos terminales, un misionero: "Ayudamos a los 'descartados' por la guerra". La noche de Pascua fueron bautizados 16 nuevos cristianos.