UNICEF condena el asesinato de, al menos, cuatro niños y la mutilación de varios otros durante una escalada de violencia de la semana pasada en Myanmar. La organización pide que se tomen medidas urgentes para garantizar la realización de investigaciones independientes sobre estos incidentes, de modo que los responsables puedan rendir cuentas. Y extiende “sus más profundas condolencias a las familias de las víctimas"